Alah, el Misericordioso, ha creado siete esferas concéntricas para alojar en ellas siete infiernos. La primera esfera recibió el nombre de Yahannam y contiene seis infiernos aún peores. Allí, en el más superficial de los abismos infernales, los condenados pasan la mayor parte del tiempo durmiendo y soñando vivencias placenteras. Pero, regularmente, un ejército de demonios despierta a los durmientes para atormentarlos. Los más culpables reciben golpes, quemaduras y latigazos. Los menos culpables no reciben ningún castigo físico, pero ven sus sueños interrumpidos por los gritos de los otros y de esa manera conocen con certeza estar viviendo en un infierno. La segunda esfera recibió el nombre de Laza y contiene cinco infiernos aún peores. En Laza, todos los condenados son azotados permanentemente, salvo en los cortos períodos en que los demonios se retiran para descansar. Durante el descanso de los verdugos, los dolores cesan y los réprobos son sumergidos en profundos sueños sin sueños. La tercera esfera recibió el nombre de Yahim y contiene cuatro infiernos aún peores. La única diferencia entre Laza y Yahim consiste en que en este último los infortunados nunca duermen, porque cesados los castigos advienen los sufrimientos de las secuelas. La cuarta esfera recibió el nombre de Sa´ir y contiene tres infiernos aún peores. Los sentenciados a esta esfera reciben castigos continuamente. La cantidad de demonios es tres veces mayor que la de los otros infiernos ya nombrados, para que los ejércitos de castigadores puedan turnarse en la tarea de infligir golpes, quemaduras y heridas cortantes, y, también, para que la presencia de los verdugos sea tan continua como la de las penas. La quinta esfera recibió el nombre de Sakar y contiene dos infiernos aún peores. La particularidad más notoria de esta quinta esfera es la crueldad de sus demonios, quienes gozan castigando a los sufrientes, que sólo son objeto de sus perversos y brutales entretenimientos. La sexta esfera recibió el nombre de Hatamah y contiene un infierno aún peor. En el penúltimo abismo no hay diablos antropomorfos (y tampoco los hay en el último). Allí, el réprobo está destinado a vagar por un lugar semejante a un desierto y a encontrarse con la persona que más amó en
NOTA SOBRE HATAMAH Y HAUIYAH: Puede suceder que la o las personas que necesariamente acompañan al réprobo en estos infiernos no hayan sido condenadas aún, o estén viviendo en
También Alah ha creado una octava esfera que recibió el nombre de Edén. En ella no existen funcionarios ni jerarquías ni lugares peores o mejores. Hay dos formas de alcanzarla: directamente, por haber ejercido la rectitud en todas las conductas terrenas, o indirectamente, después de haber estado en algún infierno el tiempo que Alah considere como suficiente. Pero Edén es una esfera creada para el bienestar de su creador y sus ángeles. Las personas que la alcanzan no tardan en manifestar que no se encuentran a gusto. Entonces Alah les ofrece la posibilidad de volver a